
Se puede mencionar numerosos combates, sorprendentes hazañas, diversos actos de un grado inmensamente heroico, pero de todo lo que se puede decir, contar o relatar, nada, pero nada se compara con el motivo que por mucho tiempo logro la guerra entera suspender.
En lo que podríamos llamar el interludio de la batalla, donde ambos adversarios ya se conocían bien y todo ataque era antes sumamente planeado es cuando se suscito el inesperado combate que daría un giro completo a las mentes de ambos lados de la moneda…
Una mañana normal como las demás en las profundidades del inframundo se dio una noticia que alegro a nuestro joven y poderoso heredero al trono.
- Soldado: mi Señor… tenemos noticias, parece que en las afueras de la nueva ciudad se esta librando una batalla, quieren entrar, como usted sabe no tiene mucha defensa, no hemos tenido tiempo de abastecerle por completo y los demonios que defienden la entrada principal caen como moscas, su padre quiere su intervención en el campo
*menciona uno de los soldados leales a Necros acompañado de su segundo al mando, Dimitri, mejor y mas querido amigo de nuestro héroe*
- Necros: y por que le ah dado tanta importancia, bueno, de cualquier modo, ya esperaba alguna misión, vamos Dimitri, alista a los hombres, que tenemos un combate que ganar
*musita animado por la noticia desde el gran palacio sin esperar lo que en ella ocurriría mientras se empieza a ver como su figura desaparece tras la puerta de salida seguido por Dimitri*
- Dimitri: Necros, creo q hay algo que deberías de saber sobre este combate
*es lo que le responde algo preocupado mientras le ve detener por sus palabras y prosigue al haber llamado su atención*
El ángel que dirige el ataque de toma de control de la cuidad es… es Gabriel, mi señor…